martes, 4 de marzo de 2014

Concierto - más comentarios (Video)

Nyliam Vázquez García 

1 de Marzo del 2014 20:41:12 CDT

Toda la energía del abrazo colectivo se concentró en los rostros juveniles pendientes de sus palabras, en las canciones, en las manos arriba, en el baile y los más disímiles gestos de alegría por su presencia. El concierto por los Cinco celebró la llegada de Fernando González Llort de modo especial, y él reiteró que cuanto ocurría en la simbólica Escalinata de la Universidad de La Habana era sobre todo para Gerardo, Ramón y Tony, que todavía nos faltan.

Fernando, otra vez acompañado por su familia y la de esos hermanos aún tras las rejas, disfrutó de un variado recorrido musical; pero primero les habló a los jóvenes, herederos, dijo, de la tradición de lucha de nuestro pueblo. Mientras, de mil maneras los que acudieron al concierto y quienes lo seguían desde las pantallas de los televisores, abrazaron al hombre que por estos días nos estremece. Fernando se dejó estrechar, saludó, aplaudió. A ratos estuvo serio, como descifrando las letras de esas canciones que muchos podían tararear, pero que en su mayoría se escribieron cuando él estaba en prisión. Ese gesto tan suyo, el ceño fruncido, lo hacía lucir por momentos concentrado, otra vez contenido, pero feliz y agradecido.
A veces, muy quieto a pesar de la música y sin apartar los ojos del escenario, Fernando extendía sus manos. De un lado, Rosa Aurora, su esposa; del otro, Magali, su madre, dos mujeres iluminadas por la noche habanera, por el ser humano que las buscaba en pequeños gestos de amor.

Para sostenerlo de algún modo mientras él se reencontraba con Cuba, con su gente, los familiares de Gerardo, Tony, Ramón y su hermano René estaban muy cerca, como muralla ante esas emociones, indescriptibles, según dijo el propio Fernando. Ese fue el mejor modo de hacer venir a aquellos que muchos creyeron dormidos en sus celdas, pero que en verdad estuvieron disfrutando de la presentación de los artistas que le cantaron a la vida defendida por ellos. Incumplieron los horarios carcelarios, se juntaron a Fernando y René y junto a la inmensa muchedumbre juvenil aplaudieron a los repentistas, se elevaron con el verso: «Son los sueños todavía, los que tiran de la gente», cantado por Gerardo Alfonso; y bailaron con Habana D’ Primera, Yoruba Andabo y el Tren de la música cubana.

«Apelamos a los sentimientos y a la cordura… los queremos en casa ya», expresó, al abrir el concierto, Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria de la UJC, quien fue la voz de los jóvenes de Cuba entera, cuando le dio la bienvenida a Fernando. Junto a él estaban el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel y la también miembro del Buró Político Mercedes López Acea, primera secretaria del Partido en la capital.
«Nos faltan tres. Bienvenido, Fernando; y René, que ya estaba aquí», expresó Juan Formell, director de los Van Van, en medio de la alegría común.

Sonaba la música y la sonrisa de Fernando, esa que estuvimos buscando atentos, se multiplicó en los que lo rodearon y brilló en su rostro, en esos instantes en que brotó incontenible como manantial de fuerzas.

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