miércoles, 5 de febrero de 2014

Un amigo de visita en Santiago de Cuba

MSc Enrique Vital Alfaro  
                                          
 Foto – el anfitrión MSc Enrique Vital Alfaro y el huésped Eladio González (Toto) con los cinco exhibidos la escultura de Alberto Granado y el árbol que se nutre
en parte de las cenizas del inolvidable Petizo, Mial ó como lo conocieron los alumnos de Medicina en Santiago de Cuba el doctor Alberto Granado Jiménez.





Eladio González Rodríguez, fundador y primer director del museo “Che Guevara”  en Buenos    Aires Argentina apadrinado en su fundación por el Dr. Alberto Granados, visitó el 8 de Enero del 2014,nuestra Universidad, para ver de cerca y tocar  con sus manos parte de la Historia de Cuba según sus propias palabras y pienso que vio más que eso, porque vio en la práctica el internacionalismo y la solidaridad latinoamericana actual por la cual lucho el Che y siempre soñó  y practico el Dr. Granados al saludar a un ecuatoriano que participa en la  construcción de los edificios de la Residencia estudiantil de nuestra Facultad 1 de medicina como parte de la ayuda  ofrecida por el presidente Correa y el hermano pueblo ecuatoriano para resarcir los daños ocasionados por el huracán Sandy.
                                              El doctor Alberto Granado Giménez, argentino que 
                                 fundó la Escuela de Medicina nº 1 de Santiago de Cuba en 1962
Por una de esas coincidencias que  ocurren en la vida la noche del 7 de enero  a través de una llamada telefónica me estero que Eladio González estaba en Santiago de Cuba, de inmediato me comuniqué con él y al otro día nos encontramos a la entrada de la Universidad y nos saludamos como viejos amigos aunque nunca nos habíamos visto, solo nos habíamos comunicado por correo electrónico él como director del museo “Che Guevara” en Buenos aires y yo como presidente de la cátedra honorífica “Alberto Granados”. 
Al saludar a este argentino  amigo de Cuba y su revolución por su sencillez, simpatía y fácil de palabras que  rompía de  inmediato toda barrera en la comunicación me recordaba a Granados, le rinde honor a su responsabilidad como primer director del primer museo sobre el Che porque el mismo  no por su edad porque es un hombre joven, sino por sus conocimientos es una fuente de anécdotas que le brotan  fácil y seguidas llenas de humanismo y valores, así pasó al conocer a la decana y contarle como  estando en Camagüey  su esposa necesitó las atenciones de una medico, la llevaron a un medico vecino de la casa donde estaba y el asistió con su cámara activada y al presentársele  como argentino este le dijo:  --yo estuve en Santiago de Cuba donde me gradué, un profesor argentino--  y cual no fue su sorpresa al enterarse que ese profesor era Alberto Granados, este encuentro lo firmó y al llegar a la Habana a la casa de su amigo Granados  le dijo:--Petiso, te traigo una sorpresa y conectó su cámara a la TV y salió el médico hablando de su profesor y dijo Granados, __!ese fue mi alumno!- con la alegría y el entusiasmo de un maestro  al recordar a sus alumnos ya profesionales  consagrados.
                                                              Una sala de memoria, una Cátedra que lleva el nombre
                                           de Dr. Alberto Granado, su escultura y el amor que le
                                          conservan quienes lo conocieron son viva muestra del
                                         agradecimiento de los cubanos al amigo del Che Guevara.
La decana y yo muy atento oímos estas historias reales y disfrutábamos del entusiasmo y la alegría de Eladio recordando estos momentos de sus vistas a Cuba, se despidió deseando muchos éxitos para el año nuevo y la facultad y nos dirigimos a la oficina del rector que haciendo un alto en sus múltiples actividades lo recibió  e intercambió unos minutos con él. 
Pero aquí también disfruté de otra anécdota y me enteré que cuando los sucesos de Tarara,  Toto, (como se le dice cariñosamente a Eladio) estaba en Cuba de turista y al enterarse por la prensa  que la vida de un joven oficial cubano Rolando Pérez Quintosa estaba en peligro agredido cobardemente por los cómplice internos  del imperialismo que adormecido por los cantos de sirena y la ley de ajuste cubano lo  agredieron   para robarse una lancha y abandonar el país, se presento de inmediato al Hospital Naval a donar su sangre para este joven y abrazar a su padre y a su madre como un gesto de solidaridad   y amor, deseándole pronta recuperación al joven, al cual le dejo una nota en el primer trozo de papel que encontró, reconociendo su valor  y diciendo que desearía que sus hijos fueran  como él y dejando su dirección para que le escribiera cuando se recuperara, todo sabemos que eso no pudo ser por el desenlace fatal que tuvo el hecho, convirtiéndose Pérez Quintosa en una victima más del imperialismo y un héroe de la patria. 
Toto no pudo recibir su carta pero recibió las de 5 mil cubanos que al ver su gesto y conocer su dirección al publicarse aquella nota en la prensa, le escribieron de todo el país,  cubanos agradecidos de todas las edades y sexos, contándole sus propias historias y como han aportados y ayudados a su revolución, como aquella muchacha del Cobre de 15 años alfabetizadora que iba a la mina y en la hora de  descanso de los mineros  con su cartilla le enseñaba a leer y escribir y que así conoció al Che como ministro de Industria al visitar esta mina, Toto comentaba “ cual no sería la reacción del Che tan sensible ante hechos como este, al ver aquella niña  alfabetizando a esos hombres”, con esta historia se despidió del rector y nos encaminamos al monumento erigido en el patio central de la Facultad al Dr. Granados. 
La emoción de este hombre frente a su compatriota era evidente y me recordó aquel pasaje de  Martí frente a la estatua de Bolívar y a la unidad latinoamericana tan necesaria hoy y como se materializa poco a poco gracias a hombres como Chávez y Fidel que dedicaron toda su vida  a ese propósito y hoy lo siguen  Correa, Evo, Maduro, Cristina y otros dirigentes latinoamericanos, allí se tiró fotos al lado de Granados, en el tronco del árbol donde se esparcieron parte de sus cenizas. 
Siempre sosteniendo un afiche de los cincos héroes cubanos prisionero del imperio, de aquí nos encaminamos a la sala de Historia de la Universidad que precisamente lleva el nombre de “Alberto Granados Jiménez” rindiéndole honor al amigo inseparable del Che y fundador en 1962 de esta facultad de medicina, aquí se acercaba a cada foto que recordaba la historia de la Universidad y la visita de personalidades cubanas y latinoamericanas y comentaba: aquí tienen la historia de este importante centro y tienen permanentemente a Granados.. qué bueno, que hacen esto y no dejan que se olvide la memoria- 
De aquí salimos pasamos por el Departamento de Filosofía e Historia donde intercambió con algunos profesores y estudiantes, con el mismo entusiasmo y alegría contó otras anécdotas que fueron muy bien recibida y dejo entre todos una agradable impresión, de aquí nos encaminamos a la Residencia estudiantil donde trabajan los  ecuatorianos, felicito al primer que se encontró y le dijo que lo que hacían  no solo era por el pueblo ecuatoriano sino por todos los latinoamericanos que admiran a Cuba y su Revolución, pero al ver a un grupo de trabajadores cargando puertas, como buen seguidor del Che y sus enseñanzas me entregó su pequeño bolso y el afiche de los 5 que siempre lo acompaña y se puso hacer trabajo voluntario lo que quedo plasmado en una foto como un símbolo latinoamericano de solidaridad y amor.
                                                 Los cinco héroes en la mano del fundador del Museo Che Guevara,
                                     atrás la escultura que recuerda al doctor Alberto Granado Giménez,
                                     padrino de inauguración del museo en Buenos Aires.
Después de esos momentos felices de mucha emoción y enseñanza acompañé a este hombre a la salida de la Universidad comentándome que  al otro día iría al Cobre donde pensaba conocer aquella niña que hace 53 años vio en la Minas del Cobre al Che cuando era ministro de industria y le escribió contándole esa bella historia, porque Eladio se ha encontrado en sus varias visitas a Cuba con algunos de los cubanos que le escribieron cuando los Sucesos de Tarara porque guarda todas aquellas cartas y busca a sus autores, así es este revolucionario amigo de Cuba, argentino y latinoamericano de verdad.


informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (cod. 1405)
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito Sur.
Telef.   4 903 3285   Irene Perpiñal -  Eladio González  -  Toto  
email    museocheguevara@yahoo.com.ar             

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